Cómo pintar armarios de cocina

En primer lugar, quita todos los tiradores y pomos, además de vaciar los armarios y los cajones. Protege las bisagras y el vidrio con cinta adhesiva y coloca un protector en las zonas de la cocina que lo necesiten.

Lava los armarios con sosa cáustica o con un producto limpiador potente hasta dejar la superficie limpia y lisa. Elimina cualquier residuo de jabón con un paño húmedo.

Una vez que los armarios estén secos, lija la superficie con un papel fino (puedes saltarte este paso si la superficie es de melamina o tiene brillo). Tapa las imperfecciones con una masilla de buena calidad y vuelve a lijar.

Dependiendo de la superficie, aplica una base para madera o melamina. Si quieres obtener un buen acabado en las puertas, utiliza un pequeño rodillo de pintura.

Aplica dos capas de tu color favorito. Cuando la primera capa se haya secado totalmente, lija con un papel de grano fino y así conseguirás un acabado liso y profesional. Recuerda pasar un paño húmedo para eliminar rastros de polvo.

Una vez que la segunda capa esté totalmente seca, retira con cuidado la cinta adhesiva, vuelve a colocar los tiradores y los pomos, ¡y ya puedes admirar tus relucientes armarios de cocina!